as catacumbas de Domitila se extienden a lo largo de la antigua Via Ardeatina, en lo que fue la propiedad de Flavia Domitila, sobrina de Flavio Clemente, un cónsul romano del 95 d.C., que casado con una sobrina del Emperador Domiciano (81-96), también llamada Flavia Domitila. Esta rama de la ‘gens Flavia’ aparentemente simpatizaba con los cristianos, ya que sabemos -gracias a los historiadores de la época- que Domiciano condenó a muerte a Flavio Clemente, y al exilio en las islas Pontinas a su esposa y sobrina. Antes de partir al exilio, la sobrina del cónsul puso sus propiedades en Via Ardeatina a disposición de la comunidad cristiana. Allí surgiría con el tiempo el mayor cementerio cristiano subterráneo de Roma.

Los mártires más importantes de este cementerio son Nereo y Aquileo. Estos dos soldados, probablemente víctimas de la persecución de Dioclesiano (304 d.C.), fueron sepultados en la basílica, una majestuosa sala absidal del tiempo del Papa Siricio (385-399). Precedida de un nártex, la sala basilical tiene tres naves separadas por columnas con capiteles reutilizados. Otro núcleo muy antiguo es el hipogeo de los Flavio, que se originó hacia fines del segundo siglo d.C. Esta bóveda subterránea comenzó siendo un hipogeo privado y pagano, para comenzar a acoger luego en el siglo tercero las tumbas de cristianos, decoradas con escenas de las Sagradas Escrituras. La visita se completa con la visita al cubículo de Veneranda, al arcosolio de los ‘Pequeños Apóstoles, y al cubículo del sepulturero Diógenes.

Fuente: Santa Sede - Catacumbas de Roma